En muchas temporadas, los días de cierre de vuelta regular
pasan sin mucha gloria, todo el mundo pensando en postemporada y la mayoría de
equipos y sus protagonistas con la nostalgia prematura que produce el saber que
su campaña terminó y hasta la próxima primavera. Sin embargo, ayer no fue una
de esas ocasiones. Y, a pesar de que varios equipos aún definían su
posicionamiento en los playoffs, tres acontecimientos bien distintos fueron los
que acapararon la atención de todos.
Tres historias que quedarán en la memoria de muchos amantes
del béisbol…
1. El último juego de Jeter
El retiro de un grande del juego siempre es motivo de
atención. Sin embargo, la despedida de Derek Jeter no solo fue la historia más seguida del final de temporada, sino que fue un libreto perfectamente ideado.
Primero fue aquel último partido memorable el jueves en su casa,
el Yankee Stadium, frente a su gente. Un momento legendario en la despedida de
un jugador de leyenda. Pareció como si los dioses de la perfección redactaron
el guión de aquella noche inolvidable, legendaria.
Lo de ayer debió ser escrito por los dioses del perdón, el
respeto y la grandeza.
El último juego en la carrera del gran capitán, en la casa
de su gran rival, frente a miles de sus más acérrimos adversarios y detractores
históricos. Pero ayer en Boston todo lo que afloró fue un sentimiento de
profundo respeto a la carrera de uno de los más grandes que ha pisado un
diamante de béisbol.
La próxima temporada no veremos a Jeter en la alineación de
los Yanquis, pero tendremos momentos mágicos para recordar, reír y llorar…
2. La despedida a Konerko en Chicago
Paul Konerko debe ser uno de los jugadores más subestimados
de todos los tiempos. Tanto así, que si usted no es seguidor del béisbol es muy
probable que hasta ahora no haya escuchado dicho nombre.
Sin embargo, ayer sus seguidores le dieron una despedida a
la altura de su carrera. Con un historial
impecable, Konerko, al igual que Jeter, supo manejar con grandeza cada aspecto
de la carrera de un atleta.
Paul Konerko no será un inmortal de Cooperstown, pero ayer su
estrella y trayectoria fue inmortalizada en su hogar, por su gente.
3. El NO-HITTER de Jordan Zimmermann
Un juego sin hits siempre es algo especial. Un juego sin
hits el último día de temporada es algo realmente mágico. Un juego sin hits el
último día de temporada frente al lanzador y equipo que el año pasado consiguió
un juego sin hits el último día de temporada es una coincidencia especial,
sencillamente: mágica.
Y que el último out de dicho partido sea fruto de una jugada
excepcional realizada por un jugador novato que minutos antes ha entrado al
partido como sustituto es algo que no encuentro adjetivo
con qué describir. Digno de disfrutarlo…
Todo lo antes dicho, solo me resta dar un consejo a quien
sea que tenga la tarea de escribir el guión del último día de serie regular de
la próxima temporada: comience a darle vueltas al asunto desde bien temprano…
digamos, desde este preciso momento.
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